Mientras el confinamiento casi global ocasionado por la crisis sanitaria del coronavirus COVID-19 tambalea todas nuestras estructuras, la Arquitectura nos proporciona una referencia inamovible. Es un Valor Universal, sobre todo en Bilbao, donde el esmero puesto en la transformación y construcción de sus edificios respira por todos los poros de la ciudad.
Por eso, hoy, te proponemos un tour virtual con acento arquitectónico por nuestro Bilbao. El Museo Guggenheim es la punta de lanza de la arquitectura bilbaína, por su valor local y proyección planetaria. La obra de Frank Gehry, que representó un antes y un después en la forma de mostrar Bilbao ante los visitantes extranjeros, marca el comienzo de nuestra hoja de ruta, cuajada de edificios representativos con todo tipo de inmuebles.
Gracias al Guggenheim, el mundo en general cambió la percepción que tenía de Bilbao de ciudad industrial a destino turístico. A partir de 1997, año de construcción del museo de la fundación Guggenheim, la imagen de Bilbao se desarrolló.
En otro post desarrollaremos el Hito Guggenheim porque ahora solo queremos mostraros una ruta turística con valor arquitectónico. Así que pasamos al epicentro de nuestra ruta: la huella de Ramón de la Sota.
Las Casas de Ramón de la Sota son un conjunto residencial de gran entidad urbana, que configura un amplio frente de manzana del segundo tramo de la Gran Vía, (número 45), proyectado por el arquitecto Manuel María de Smith en 1919.
Durante el periodo al que se adscribe la “Segunda Generación del Ensanche” se originó un cambio de rumbo en la arquitectura residencial bilbaína, con abundancia de casas de vecindad a partir de la segunda década del siglo XX.
Esta edificación asume su condición de casa de vecindad burguesa o de lujo, de tendencia regionalista e influencia montañesa, propiciada por Leonardo Rucabado, siendo una de las muestras más notable y características de esa tendencia en Bilbao. Precisamente Leonardo Rucabado definió las pautas de ese estilo arquitectónico que tuvo gran difusión, y fue a su vez el arquitecto casi exclusivo de la familia Allende en el exclusivo ámbito urbano de Indautxu.
El repertorio de elementos constructivos utilizados es amplio y variado: torres, galerías con arcos, amplios aleros, cubos, pináculos de impronta regionalista, fachadas de piedra de sillería y balcones con antepechos de hierro forjado.
Es una de las obras más representativas y de mayor entidad urbana de Manuel María de Smith (a quien dedicaremos otro post por su contribución al desarrollo de Bilbao), donde también proyectó otras no menos interesantes como el Hotel Carlton, las Oficinas Sota-Aznar (en colaboración con F. Lindus Forge) y la Estación de Atxuri.
Dando valor al aspecto cronológico, la Universidad de Deusto es otro de los edificios singulares e identificativos de Bilbao que merecen una visita. Fundada en 1886 por la Compañía de Jesús como Universidad de la Iglesia de Deusto, su creación tuvo como objetivo dotar al País Vasco de un centro universitario propio en un momento de expansión económica e industrial.
Siguiendo el hito académico, a continuación, podemos pasar a visitar la biblioteca municipal bilbaína, uno de los máximos exponentes del poder de representación social que alcanzó la arquitectura del eclecticismo en Bilbao, que puede encuadrarse en su línea más elaborada, el eclecticismo sintético.
Biblioteca de Bidebarrieta en el Casco Viejo de Bilbao
1874 es una fecha clave para la historia de Bilbao, ya que durante ese año la ciudad se transformó en uno de los escenarios bélicos de la Tercera Guerra Carlista. La ciudad fue sitiada durante cinco meses hasta que el ejército liberal se alzó con la victoria.
En esta composición clásica de inspiración barroca, el arquitecto Severino Achucharro mostró su dominio de los elementos estilísticos del pasado. La limitada anchura de la calle Bidebarrieta acentúa el dinamismo del edificio, cuyos bellos interiores, como son la sala de lectura y el salón de actos, recomendamos no dejar de visitar.
Pero el valor arquitectónico de Bilbao no se resume en sus palacios, edificios oficiales o museos; también está inscrito en inmuebles privados.
Viviendas en Mina del Morro
El proyecto explora la condición ambigua del lugar. Se propone un “cluster” vecinal introvertido, de baja altura, rodeado por un perímetro de mayor altura que recoge las superficies comerciales y de equipamiento. Las plantas se organizan mediante una sucesión de bandas de diferentes usos y características.
Izozaki Atea
Una de las torres penetra en la prolongación de la pasarela para dar la mayor diversidad de conexión entre ambos lados de la Ria. Al otro lado, en el interior del antiguo Depósito Franco, además de una de las torres se organizan otros bloques colocados en forma de biombo.
Pero Bilbao acumula muchos más tesoros arquitectónicos, que no queremos desaprovechar. Por esto, los seguiremos redescubriendo contigo en próximos posts.